Cronología 1902 - 1923

1902-1923 Cuba – Complejo mestizaje y sensibilidad al arte

La infancia en Sagua la Grande (1902-1916)

Situación familiar (1902)

Sagua_La_Grande
Sagua La Grande, Cuba

Wifredo Lam nace el 8 de diciembre de 1902 en Sagua la Grande, un centro azucarero situado en la costa norte de Cuba, el año de la proclamación de la república, después de más de tres siglos de dominación española. Hijo menor de una familia de ocho niños, es bautizado Wilfredo (1) Oscar de la Concepción Lam y Castilla. Su madre, Ana Serafina Castilla, nacida en 1862 en Sancti Spiritus, fue una mulata descendiente de negros deportados de África y de españoles. Su padre, Enrique Lam-Yam, fue chino originario de Cantón, nacido en los años 1820. No se sabe a ciencia cierta si dejo China para trabajar en California y en América central, antes de llegar a Cuba entre 1872 y 1880, o si dejo China con su hermano Ciu, en 1860, después de la rebelión de Taï-Ping, para instalarse en Cuba, en la modesta aldea de Sagua, donde tenía una tienda (carpintería). Era un hombre letrado que dominaba varios dialectos chinos y la caligrafía. A veces, se ejercía como escritor público para sus compatriotas.

Naturaleza resplandeciente poblada de espíritus (1903-1908)

El niño crece en una familia modesta y respetuosa de la independencia y de la libertad, en una época poco favorable para los negros y mulatos. Crece en medio de un « océano de caña de azúcar », de campos fértiles a perder de vista, bordeados por grandes palmares. En esta tierra crece una diversidad de especies vegetales entre las más ricas del mundo. « Cuando yo era pequeñito, vivía rodeado de mi pequeña selva », dirá Wifredo, una naturaleza frondosa y coloreada que atrae su mirada. Aunque inscrito en la escuela pública del barrio de Cocosolo, es elevado en el sincretismo religioso predominante en la isla, compartido entre la religión católica a la cual pertenece su madre, el culto de los ancestros practicado por su padre en forma de ofrendas y las tradiciones africanas, vinculadas a la magia negra practicada por su madrina, Antonica Wilson, una sacerdotisa muy famosa de la santería, quien lo familiariza con en el  culto y su simbolismo. Ella le cuenta historias notables, pues la santería posee un corpus mítico muy rico que hace intervenir a divinidades antropomórficas (orishas).

Wifredo Lam
Wifredo Lam

Aunque su padre, un hombre sabio y muy secreto que sostuvo el partido reformador de Sun Yat-Sen, líder de la democracia, cuenta a veces episodios dramáticos de Asia, tomando lugar en grandiosos paisajes siberianos, mongoles o tártaros, son los cuentos de su madre que lo marcaron más. Y en particular la historia de su ancestro, José Castilla, un mestizo convertido y libre a quién le habían cortado la mano para haberse vengado de un español deshonesto; de donde su sobrenombre de « Mano Cortada ». El niño dice haber heredado muy temprano de la rebelión de este fugitivo, lo que lo convertirá en un contestatario. Por otra parte, Antonica Wilson deseaba ver a su ahijado tomar su sucesión y volverlo babalao, palabra yoruba que significa « padre del secreto » (adivinador, intérprete de los oráculos y de los signos). Pero éste se niega a atravesar la etapa de la iniciación. No obstante, su madrina lo pone bajo la protección de los dioses y lo dedica a Chango, dueño del trueno, y a Yemaya, diosa del mar.

Dibujante en ciernes (1909-1914)

Es a la edad de siete años que nace su vocación de artista, a pesar que el entorno cultural apenas era desarrollado en Sagua, donde solo podía ver los cuadros religiosos mediocres que decoran la iglesia, el teatro chino tradicional y el nuevo año donde lo llevaba su padre, las caligrafías de ideogramas realizadas por su padre o las estatuillas africanas que llenaban la casa de su madrina – objetos ceremoniales, mucho tiempo prohibidos por el sistema esclavista. Son así diferentes universos llenos de imágenes que él descubre a la misma vez. Se apasiona por el dibujo (paisajes y retratos); se interesa desde muy temprano por los libros de arte que reproducen, en negro y blanco, las obras de Vinci, Velázquez, Goya pero también de Gauguin o Delacroix. Es, para él, como una puerta abierta sobre Europa. Se promete ver un día los originales al Louvre o en el Prado.

La Habana 1916-1923

Llegada a la ciudad luz (1916)

Retrato de Lam-Yam, 1922
Retrato de Lam-Yam, 1922

Wifredo es enviado a La Habana en 1916, donde descubre una ciudad inmensa y siempre en ebullición, una ciudad bañada por una luz propia, densa y ligera a la vez. Sus padres querían que estudiara derecho, mientras que el joven pensaba ya dedicarse al arte. En su primera visita al museo de Bellas Artes, creado en 1913, descubre entre su colección los artistas españoles e hispano-cubanos – « un poco provinciales » –, unos objetos de arte griego, egipcio y romano. Recorre el jardín botánico, fundado justo cien años antes, para dibujar la flora tropical, estando fascinado por la frondosidad de sus hojas y de sus frutos, por los colores vivos de sus flores. Recorre también las librerías en busca de las últimas novedades..

Aprendizaje académico (1918-1920)

Entra en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de San Alejandro en 1918. Proyecta primero seguir una formación de escultor, pero encuentra el trabajo de la piedra físicamente difícil. Se gira entonces hacia la pintura y se hace alumno de los profesores Leopoldo Romañach y Armando G. Menocal. A pesar de ejercicios a veces engorrosos, prefiriendo los bodegones a las copias de los moldes, prosigue sus estudios con asiduidad para dominar el arte del retrato. « Había en lo que hacía, cuando joven, un lado Chardin. Por lo que me acuerdo, los cuadros que intentaba hacer nunca eran brutales. Usted ve: nunca eran "españoles" (negro, verde, morado) sino refinados al contrario (en la medida de lo posible). Hay, en mí, una herencia china y una herencia cubana. Todo esto fue muy importante. Olvido otro hecho: la influencia francesa, resentida muy joven. ¡Total! Hubo temprano, para mí, en mí, la aparición de un nerviosismo de escritura (que me quedó) y que es opuesta a la brutalidad "española".»

Primeros reconocimientos (1920-1923)

En junio de 1920, Wifredo deviene miembro de la Asociación de los pintores y de los escultores de La Habana. Tres años después, Lam expone sus primeras telas en el Salón de las Bellas Artes de La Habana. Luego es invitado a presentar sus obras en Sagua la Grande. Dos manifestaciones que le valen cierto éxito ya que el Ayuntamiento de su ciudad natal le propone una beca con el fin de perseguir su aprendizaje en Europa y que el director del Museo Nacional de La Habana, Antonio Rodríguez Morey, le da una carta de recomendación que le permitirá entrar en la alta sociedad de Madrid.

Anne Egger

(Traducíon Peggy Bonnet Vergara)

1 Perdió su « l » después de un error administrativo hecho en medio de los años 1920 y el pintor, que tomó bien el asunto, comenzó a firmar sus obras con este nuevo nombre.

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